Lá, donde mineiros foram salvos, setecentos metros de fundura, ocorrem extrações de Au1,3 e Cu1,2, separados pelo Hg1,2. Vapores do Hg e resíduos de metais pesados, ouvi dizer, após tais extrações, reagem como óxidos e carbonatos, chamados de 5azinhavre, que poderiam causar grandes desgraças. Poderiam envenenar vias respiratórias e bloquear correntes sanguíneas dos mineiros, misturarem-se aos lençóis d`água, desfertilizar solos, e subir pelas raízes das mais belas parreiras do Chile.
Pouca gente notaria que vinhos chilenos podem carregar azinhavre para sangues dos seus consumidores. Não importa qual tipo de sangue 0,A,B,AB, pois depois da terceira dose, degustadores mais experientes constatariam um vermelho, em lugar de um branco no cérebro; um olhar de bala perdida seria indício de pessoa já dominada pelo azinhavre.
Azinhavre poderia alojar-se em qualquer víscera, provocar enfartes do miocárdio, ou de quaisquer partes do corpo, causar mal de inchar e até paralisia das extremidades; no homem, parado no seu órgão de ponta, "Adeus Mateus!", e, na mulher, em sua entrada principal, "Adeus fertilização!".
Razão pela qual, por ser mineiro, não bebo vinho chileno, nem francês, nem alemão, nem australiano, muito menos argentino; há vinhos brasileiros que posso consumir com tranquilidade.
Melhor mesmo é saber que há vinhos saborosíssimos de parreiras francesas em terras sul-africanas. Elas são tratadas por enólogos franceses e dispensam agrotóxicos, graças à intensidade do Sol sulafricano. E os vinhos são vendidos nas principais casas do ramo daqui.
Como tudo que é bom é contraditório, faça suas reservas, antes que "deliciosas" cápsulas de azinhavre sejam adicionadas aos mostos para produção de vinhos brasileiros e sul-africanos.
Allá, de dónde los mineros fueron izados, a los setecientos metros de profundidad, hacen extracciones de Au1,3 e de Cu1,2, separados por el Hg1,2. Los vapores de Hg y residuos de metales pesados, después de los tales extractos, yo oí decir, en forma de óxidos y carbonatos, llamados de verdete, pueden causar grandes infortunios. Ellos habrían podido envenenar la vías respiratorias y bloquear las corrientes sanguinas de los mineros, mezclarse en las vaguadas, esterilizar las tierras, y subir por las raíces de las vides
más bonitas del Chile.
Pocas personas saben que los vinos chilenos pueden llevar el verdete para los sangres de sus consumidores. No le importa qué tipo de sangre 0,A,B,AB, porque después de el tercero sorbo, los parangónes más experimentados tendrían verificado una color escarlata, en lugar de un blanco, en el cerebro.
El verdete habría podido alojarse en cualquier órgano, provocar infartos cardíacos, o de cualquier parte del cuerpo, causa mal de hinchar y paraliza las extremidades; en el hombre, si el detienese en su órgano de punta, "Adiós Catrapós! "
Así, yo, que soy del Estado de Minas Gerais, no bebo vino chileno, ni francés, ni alemán, ni australiano, mucho menos argentino; hay vinos brasileños que yo serenamente puedo consumir.
Mejor es saber que hay vinos sabrosos de vides surafricanas que vinieron de Francia. Ellos son tratados por los productores franceses que no se valen de pesticidas, gracias a la intensidad del Sol de allí. Y ellos son para aquí, en las casas principales del ramo.
Como todo lo que es bueno es contradictorio, hace sus reservaciones, antes de que las cápsulas del verdete "deliciosas" se agreguen a las producciones de los vinos brasileños y surafricanos.