El Tren
Las palomas volaban casi chocándose
domingo de plaza y banda
una ciudad agarrada a lo tácito
y nuestras infancias con gusto de plátanos.
Un tren eterno
en ritmo de músculo cardiaco
parecía acercarse y entrar en casa…
Y la “Máquina Vieja” que lo traía
ruidosa, cuanto más se acercaba
más asustaba
porque ella si : entraba
Después de muchos años aún tengo
sus llegadas invasoras y chillidos
que quedan
por adentro.
Sería el descubrimiento avasallador
de la brevedad de la vida
que llega con fuerza y de apoco
se apaga?
La máquina se iba, hasta su ruido
se apartaba
era posible el tren a cada rato
locomotoras nuevas arrastrándolo.
Pero solo de vez en cuando
la “Máquina Vieja”, potente
carbón y fuego
era digna de sacarnos
a mirarla.
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