Aprender a demorarse en lo que pide
y aguardar como si fuera posible
encantarse embalsamado con paciencia.
Y me digo que se acaba, pasa el tiempo
y me quiero conectar a mi sofoco:
“que se va, pasa rápido la vida…”
pero igual la parte mía que se agranda
me señala que las cosas no se mueven
resolver es magia lenta, a veces nada.
Creo entonces que es por eso que me paro
y el silencio pasa a ser un gran aliado.
Aunque sigo haciendo ruido como todos
tengo un lago quieto y hondo que me amansa.