Me paseo entre las ganas de gritar
cambaleante en un mareo de noche y estrellas.
Creo en lo que me ata porque ni siempre es visible
pero su cuerda apreta más que un nudo y la vuelta.
Entonces quiero pasar entre los minutos y las horas
como se pasa sin rozar entre las ramas de una selva.
Saltar y esquivar precipicios, llegar al mar
como a un tesoro escondido.
Y después me sentaré a tomar un mate...
mirar un sauce, unos niños,
esos que aunque estén lejos
y a algún pensante sombrío a quien pueda decirle :