PROTESTO EN SEIS.
I.
Cuando te das cuenta
te ves.
Puede ser que abras tus puertas
o que agarres la almohada para dormir
poco importa si sigues
modelo antiguo
si arreglas la casa
si dejas que te miren raro
si te dá verguenza.
La cosa es mucho más grave
llena de no y si, llena de agujas.
Algunas duelen, otras revientan las ampollas
y el alivio es tuyo,
apenas.
II.
Se cuentan historias de hadas.
Los nudos que se te hacen en la garganta
a veces pueden tener que ver.
Y es bueno querer.
Se aprende de una forma muda
porque lo que dan
es poco.
Agarras sola, o solo,
y se te van armando los jardines
adentro y calientes
llenos de insectos voladores
y flores que ni tienen nombre.
Entonces cuando los vas a compartir
te los sacan.
Puede ser que los destruyan
o los ignoren.
Pero es que no saben
que tienen los jardines de ellos.
Pero no importa
porque puedes hacerlos de nuevo
si
con semillas extrañas que aparecen
en vos.
III.
Quieren otro planeta
porque les parece que este es poco
o está enfermo.
Hacen de todo
y me gusta ver las naves
con sus metales enormes
y su promesa.
Pero no:
este no está enfermo
está con nosotros. Lo pisamos
y lo herimos.
Y a mí me gusta mucho
lo quiero para los que vengan
nietos o no
gente o bichos
me gustan sus tierras negras
doradas
rojas
me gusta su mar asustador
su nostalgia de perfección
y su absurda gana de madre.
IV.
La brutalidad de mi corazón
debe tener su tiempo exacto.
Esto me asusta y no lo pienso:
es demasiado colgarse
como a una cuerda de circo.
Mis miedos son iguales
a los tuyos.
Y sin embargo me olvido
porque no pueden
pisar el freno.
Los miedos son rendijas
de galpones abandonados
donde miro de vez en cuando.
V.
Aprendemos la belleza del cemento
mirando la plataforma vacía.
Hay una mujer que la sube
como una hormiga gigante.
Hay noche y cielo,
que ella no mira.
Y hay gente que espía.
Aprendimos a decir no
y a dormir temprano.
A seguir los programas con horarios
y a comer bichos.
Somos como gente
algo parecido a nosotros
desde antes.
Pasamos sin darnos cuenta
y nos dejamos acompañados.
Solo a veces nos tocamos
ojos o brazos
palabras o heridas
tenemos la boca en sangría
y el pecho cerrado con llaves.
Parecemos nosotros mismos
llenos de vacíos y entrañas.
VI.
Pasa la cosa toda
pasan personas,
navidades con luces artificiales
mañanas con luz de verdad
y lunas
muchas lunas que tengo allá arriba
y nunca se las daré a nadie
porque los otros , si quieren
tienen las suyas.
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