No quiero abusar de la paciencia de los lectores, ni de la excepcional oportunidad que me ofreció Lula de intercambiar ideas al encontrarse conmigo. Por ello, afirmo que es la cuarta y última sobre su visita.
Cuando hablé con él sobre Venezuela, me dijo: Nosotros pensamos cooperar con el presidente Chávez. Me puse de acuerdo con él. Cada año iré dos veces a Caracas y él viajará dos veces a Brasil para no permitir divergencias entre nosotros y, si hubiera, poder resolverla en el momento. Venezuela no necesita dinero -expresa-, porque tiene muchos recursos, pero necesita tiempo e infraestructura.
Le expresé que me alegraba mucho de su posición respecto a ese país, porque estábamos agradecidos a ese pueblo hermano por los Acuerdos suscritos que nos garantizaron un suministro normal de combustible.
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Lula expresa de nuevo su respeto y cariño profundo por Cuba y sus dirigentes. Añadió, de inmediato, que sentía orgullo de lo que estaba sucediendo en América Latina, y una vez más afirmó que aquí en La Habana decidimos crear el Foro de Sao Paulo y unir a toda la izquierda de América Latina, y esa izquierda está llegando al poder en casi todos los países.
En esta ocasión, le recordé lo que nos enseñó Martí sobre las glorias de este mundo, que caben todas en un grano de maíz. Lula añadió: Les digo a todos que, en las conversaciones que tuve con usted, jamás dio consejo alguno que pudiera entrar en confrontación con la legalidad; usted siempre me pidió que no me ganara muchos enemigos al mismo tiempo. Y eso es lo que está permitiendo que las cosas marchen.
Casi de inmediato manifestó que Brasil, un país grande y con recursos, tiene que ayudar a Ecuador, a Bolivia, a Uruguay, a Paraguay.
Ahora hemos estado en América Central. Nunca un Presidente brasileño había visitado un país en esa área con proyectos de cooperación.
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¿Tenía o no temas que conversar con Lula? Era imposible contarle todo. Por esta vía es más fácil comentarle las noticias que llegaron después.
Le recordé que trataba de recuperarme de dos accidentes: el de Villa Clara y la enfermedad que sobrevino después de mi último viaje a la Argentina.
Casi al final me dijo: "Está invitado para ir a Brasil este año". Gracias, le respondí, por lo menos con el pensamiento estaré allí.
Por último me dijo: Les contaré, a los compañeros y amigos que usted tiene en Brasil, que está muy bien.
Caminamos juntos hasta la salida. Valió realmente la pena el encuentro.