De jabones y de espaldas
En general, siempre pensé que los argentimos eramos limpios. No, no me malinterprete, no he descubierto que somos sucios ni mucho menos. Es sólo que al ver a los japoneses bañarse, me doy cuenta que para ellos es más que un arte, practican el Onsen con devoción única y exquisita. Si bien nuestras duchas son excelentes y bien llevadas a cabo, debo decir que en higiene personal, no hay como los japoneses.
Y llamará la atención que este hablando de éste tema. Pero permítanme relatarles que sucedió una vez en uno de estos baños. Cabe señalar que los japoneses se bañan juntos, por supuesto, hombres por un lado y mujeres por otro. Al entrar a uno de ellos, vi a dos hombres, uno le estaba enjabonando la espalda a otro, y claro, mi mente occidental y cristiana, ¿qué pudo haber pensado? Prejuicios. Alguien más tarde me explicó, que ésa actividad es una cuestión de respetos, una demostración de fidelidad y reconocimiento. Me reprendí por dentro por no interpretar mejor la cultura en la que estoy viviendo.
Como podrán ver, la práctica del baño de los japoneses va más allá de una razón de limpieza. Es un ritual que esta ligado a la creencia religiosa Shinto, donde el agua tiene vida, es un espíritu que nos beneficia en muchos sentidos, la beben, riegan el arroz , y purifica en cuerpo y alma.
Si bien esta práctica es milenaria, no es exclusiva de Asia. Los romanos usaban los baños como evento social, lo indican las ruinas que han dejado en muchos lugares de Europa. Recordemos la ciudad de Bath en Inglaterra, lleva ese nombre por la más importante actividad que allí se realizaba. Precisamente bañarse. Con la caida del imperio, ese hábito desapareció. Son más que famosos los olores de la edad media. ¿Será por eso que la llamaron Los Años Oscuros? ¿Por la cantidad de mugre que había? Otro ejemplo es la cultura Inca. Para ellos, el agua era un Apu, un espíritu que convivía con ellos y al cuál debían rendirle sus respetos, los baños que tomaba el Inca, eran uno de los rituales más destacados de la religión precolombina. Cerca de Cuzco, uno de los templos más importantes esta dedicado al agua.
Estoy seguro que a a esta altura, usted ya habrá encendido el calefón o estará subiendo la temperatura del termotanque. ¿Le gustaría saber como es un Onsen? Bueno ahí va. La sala previa, tiene los casilleros donde dejar la ropa. Las salas estan acondicionadas y climatizadas con lo último en tecnología, luces que se accionan por movimientos o algún inodoro calefaccionado. Al quedarse totalmente desnudo, tomará su toalla y si quiere puede taparse las zonas íntimas, pero quédese tranquilo, nadie va a mirarlo. Después de pasar un corredor con duchas, se entra a sala de baño. Allí esta la gran pileta, pero primero lo primero. Contra la pared verá varios grifos y espejos. Tomará uno de los banquitos de escasos centímetros y se sentará frente al grifo, encontrará todos los implementos que necesita. Absolutamente todos, incluida una rasuradora. Enjuáguese con agua primero, lávese la cabeza segundo y con mucho cuidado y precisión lave su cuerpo recorriendo todos sus espacios. Tómese su tiempo, ésta no es un ducha normal, disfrútela. ¿Ha recorrido todos sus rincones? ¿Ése también? Okey, entonces enjuáguese de nuevo, deje que el agua juegue con su piel, usted decidirá la temperatura que desee o que pueda sopotar. Si quiere aféitese, use los cotonetes, lávese los dientes. ¿Esta listo? No se apure, mírese al espejo, relájese, respire profundo y deje que los músculos se le aflojen. Es importante que no se levante antes de las personas que llegaron previamente, puede ser considerado como que no se baño en forma correcta. ¿Listo? Enjuague el lugar y déjelo como cuando lo encontró. Ahora sí. La inmensa pileta lo esta esperando, el agua es mineralizada y la temperatura es de alrededor de cuarenta y dos grados centígrados. Puede que le cueste al principio y le den ganas de abandonar la experiencia. No se asuste, dele tiempo a su piel de adaptarse. Disfrútelo. Cierre lo ojos y sentado con el agua hasta el cuello, sentirá flotar sin gravedad. Deje que sus poros sean estimulados. Pase el tiempo que desee. Pero al salir, no lo haga de golpe, siéntese aun costado. Algunas personas se siente mareadas por el cambio de temperatura, puede que desbalancee su presión sanguínea por algunos segundos. Se sentirá tan relajado que deseará tomar un siesta. La sensación de relax, es inolvidable, a pesar hacerlo todos los días. Ahora vaya a la ducha y moje el cuerpo con agua fría, eso le despertará el sistema nervioso. Es una sensación única. Ahora puede irse a casa o a cualquier parte, pero con la satifacción de sentirse como nuevo. Que le aproveche.
Esta es una de las experiencias que más me gustan de la cultura japonesa. Ya no me asustaré de alguien enjabonando la espalda de otro, y espero que usted tampoco. Vale la pena tener la mente abierta y receptiva a cosas nuevas. Seguramente el día que deje Japón, voy a extrañar mucho el bañarme de esta manera.
Matané! (Nos vemos!)
|
